La caza del carnero salvaje, Haruki Murakami (5/52)
Obviamente llevamos atraso: pasamos la mitad del año y apenas éste es el quinto libro reseñado. Pero no me preocupo, primero, porque llevo más atraso en reseñas que en libros leídos, y segundo, porque nadie me está pagando, así que aquí vamos.
Esta novela del escritor japonés Haruki Murakami narra la historia de un publicista, recién divorciado, con una vida regular, aburrida podría decirse, quien de pronto se ve envuelto de manera inevitable en una búsqueda (¿física? ¿metafísica?) absurda y desquiciante, que lo lleva a parajes insospechados y a circunstancias inconcebibles, acompañado por una modelo de orejas con una extraña combinación de oficios (algo tienen los japoneses con las orejas, he de decir). Sí, que creo que hay una estructura acá: esto del protagonista anodino a quien de pronto un elemento extraño le altera la vida insospechadamente, ya lo vimos, ¿dónde? En Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, ni más ni menos, del mismo Murakami.
Pero eso no tiene nada. Todos los autores tienen un estilo, y éste es el suyo. Una estructura magnífica, unos personajes inconfundibles, la historia de una vida, una rutina, con la que cualquiera de nosotros podría identificarse, y luego esa historia vertiginosa, salpicada de elementos fantásticos, que te deja pensando que a ti también, a mí también, puede ocurrirnos lo extraordinario.
Ya saben que no es mi estilo contarles la historia propiamente y de ese modo, aguarles la fiesta: tengo respeto a los espoilers. Pero puedo recomendarles que, si tienen la oportunidad, salgan también a la caza del extraño y huidizo carnero salvaje. Sigo pensando que un poco de Murakami no le viene mal a nadie.
La edición que yo leí es la de Anagrama que se ve en la imagen, y si mal no recuerdo costó 170 Bs. F, no sé, porque me lo regalaron. A esos precios, ya no se puede leer, en este país.
Esta novela del escritor japonés Haruki Murakami narra la historia de un publicista, recién divorciado, con una vida regular, aburrida podría decirse, quien de pronto se ve envuelto de manera inevitable en una búsqueda (¿física? ¿metafísica?) absurda y desquiciante, que lo lleva a parajes insospechados y a circunstancias inconcebibles, acompañado por una modelo de orejas con una extraña combinación de oficios (algo tienen los japoneses con las orejas, he de decir). Sí, que creo que hay una estructura acá: esto del protagonista anodino a quien de pronto un elemento extraño le altera la vida insospechadamente, ya lo vimos, ¿dónde? En Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, ni más ni menos, del mismo Murakami.
Pero eso no tiene nada. Todos los autores tienen un estilo, y éste es el suyo. Una estructura magnífica, unos personajes inconfundibles, la historia de una vida, una rutina, con la que cualquiera de nosotros podría identificarse, y luego esa historia vertiginosa, salpicada de elementos fantásticos, que te deja pensando que a ti también, a mí también, puede ocurrirnos lo extraordinario.
Ya saben que no es mi estilo contarles la historia propiamente y de ese modo, aguarles la fiesta: tengo respeto a los espoilers. Pero puedo recomendarles que, si tienen la oportunidad, salgan también a la caza del extraño y huidizo carnero salvaje. Sigo pensando que un poco de Murakami no le viene mal a nadie.
La edición que yo leí es la de Anagrama que se ve en la imagen, y si mal no recuerdo costó 170 Bs. F, no sé, porque me lo regalaron. A esos precios, ya no se puede leer, en este país.
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