Lo bello y lo triste, Yasunari Kawabata (6/52)
Ya se sabe que, este año, no alcanzo a hacer las 52 reseñas, y no porque no haya leído los 52 libros, sino porque, vamos, como blogger soy una excelente cocinera de pasta cuatro quesos.
En fin, se hace lo que se puede, y en lo (poco) que queda de año, intentaré reseñar algunos de los libros que he leído en estos largos y complejos meses.
Como ya sabrán, por lo mucho que suelo aburrirlos al respecto, soy una fanática de la literatura japonesa, de la cual sé poco pero leo mucho. Lo bello y lo triste es una obra maestra, sobre eso no hay dudas, pero también, es una obra esencialmente japonesa, en su estructura, en la construcción de sus personajes, en su visión del universo y en su estética.
La novela nos presenta tres personajes centrales: Oki, un célebre novelista, Otoko, su antigua amante, ahora convertida en pintora, y Keiko, la joven discípula de ésta. Un día, Oki toma la decisión de viajar a Kyoto con la finalidad de oír las campanas del año nuevo, y con el deseo de volver a ver a Otoko, con quien tuvo una relación compleja y tormentosa hace ya más de dos décadas. Este encuentro desencadena una historia de venganza, dolor, amor, drama y destrucción.
Con una narración llena de erotismo, pero al mismo tiempo, tejida con esa tristeza vital con la que se construye la atmósfera de las novelas japonesas, las historias de Kawabata (premio Nobel de literatura 1968), al chocar con nuestra visión occidental de principios como el honor y la venganza, simultáneamente, nos entregan la vida de personajes esencialmente humanos, movidos por las fuerzas más elementales, más instintivas: el amor, el dolor, el placer y el temor.
Si les gusta la literatura japonesa, las historias melancólicas, o los personajes que dejan traslucir sus demonios internos, esta novela es esencial. De Kawabata he leído, también, Primera nieve en el monte Fuji, y tengo una deuda que saldaré endeudándome más para poder comprar sus otros libros.
Lo compré en VdlBooks del Sambil Caracas, en la edición de Emecé que ven a la izquierda, y me costó la dolorosa suma de 180 Bs. F.
En fin, se hace lo que se puede, y en lo (poco) que queda de año, intentaré reseñar algunos de los libros que he leído en estos largos y complejos meses.
Como ya sabrán, por lo mucho que suelo aburrirlos al respecto, soy una fanática de la literatura japonesa, de la cual sé poco pero leo mucho. Lo bello y lo triste es una obra maestra, sobre eso no hay dudas, pero también, es una obra esencialmente japonesa, en su estructura, en la construcción de sus personajes, en su visión del universo y en su estética.
La novela nos presenta tres personajes centrales: Oki, un célebre novelista, Otoko, su antigua amante, ahora convertida en pintora, y Keiko, la joven discípula de ésta. Un día, Oki toma la decisión de viajar a Kyoto con la finalidad de oír las campanas del año nuevo, y con el deseo de volver a ver a Otoko, con quien tuvo una relación compleja y tormentosa hace ya más de dos décadas. Este encuentro desencadena una historia de venganza, dolor, amor, drama y destrucción.
Con una narración llena de erotismo, pero al mismo tiempo, tejida con esa tristeza vital con la que se construye la atmósfera de las novelas japonesas, las historias de Kawabata (premio Nobel de literatura 1968), al chocar con nuestra visión occidental de principios como el honor y la venganza, simultáneamente, nos entregan la vida de personajes esencialmente humanos, movidos por las fuerzas más elementales, más instintivas: el amor, el dolor, el placer y el temor.
Si les gusta la literatura japonesa, las historias melancólicas, o los personajes que dejan traslucir sus demonios internos, esta novela es esencial. De Kawabata he leído, también, Primera nieve en el monte Fuji, y tengo una deuda que saldaré endeudándome más para poder comprar sus otros libros.
Lo compré en VdlBooks del Sambil Caracas, en la edición de Emecé que ven a la izquierda, y me costó la dolorosa suma de 180 Bs. F.
Comentarios
Por lo pronto este libro que has reseñado, ojalá lo encuentre por estas calles limeñas.
Saludos.
Yo, como siempre hago, te recomiendo a Murakami :) (lo amo)
Cariños!