Tres poemas ajenos para aderezar mi estado de ánimo









Balada del mal genio. Mario Benedetti
(Fragmento)

Hay días que ni siquiera son oscuros
días en que pierdo el rastro de mi pena
y resuelvo las palabras cruzadas
con una rabia hecha para otra ocasión
digamos, por ejemplo, para noches de insomnio.
Días en que uno sabe que hace mucho era bueno
bah tal vez no hace tanto que salía la luna
limpia
como después de jabón perfumado

y aquello si era auténtica melancolía

y no este malsano, dulce aburrimiento.



Voy a romper la pluma. Ya no la necesito.
Lo que mi alma siente yo no lo sé decir.
Persigo la palabra y sólo encuentro un grito
roto, inarticulado, que nadie quiere oír.
(Gerardo Diego)

Funeral Blues, W.H. Auden
Stop all the clocks, cut off the telephone.
Prevent the dog from barking with a juicy bone,
Silence the pianos and with muffled drum

Bring out the coffin, let the mourners come.

Let aeroplanes circle moaning overhead

Scribbling in the sky the message He is Dead,

Put crêpe bows round the white necks of the public doves,
Let the traffic policemen wear black cotton gloves.
He was my North, my South, my East and West,

My working week and my Sunday rest

My noon, my midnight, my talk, my song;

I thought that love would last forever, I was wrong.

The stars are not wanted now; put out every one,

Pack up the moon and dismantle the sun.

Pour away the ocean and sweep up the wood;

For nothing now can ever come to any good.

Traducción al castellano (la más decente que encontré en internet, porque no tengo ánimos para ponerme a traducirlo yo. Quizás otro día).
(Por cierto, antes de que me pregunten, sí, es el poema que leen en la película Cuatro Bodas y Un funeral.)
Blues para el funeral

Detengan los relojes, desconecten el teléfono
denle un hueso al perro para que no ladre
Callen los pianos y con ese tamborileo sordo
saquen el féretro, acérquense los dolientes
que los aviones sobrevuelen quejumbrosos
y escriban en el cielo el mensaje Él ha muerto.

Pongan moños negros en los níveos cuellos de las palomas
que los policías usen guantes de algodón negro
Él era mi norte, mi sur, mi este y oeste
mi semana de trabajo y mi domingo de descanso
mi mediodía, mi medianoche, mi conversación, mi canción
Creí que el amor perduraría por siempre. Estaba equivocado.

No precisamos estrellas ahora; apáguenlas todas
Envuelvan la luna, desarmen el sol
Desagüen el océano y talen el bosque
porque de ahora en adelante nada servirá.

(El crédito por la fotografía del post es de horacy9 en DeviantArt.

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