Divagando sobre la reforma constitucional
El jueves, el presidente se puso a hablar de la reforma constitucional como a eso de las nueve, y yo... me quedé dormida. Malo, malo. Para una abogada, mucho, pero también para cualquiera. Digo, hay que saber, al menos, qué es lo que quieren hacer con nuestro país. De modo que me he descargado el .pdf de la reforma. Estaba disponible en la página del Ministerio del Trabajo, pero éste fue tomado y, de un modo que no comprendo, eso ocasionó que el sistema se cayera y la página no se encuentra disponible por el momento. Yo, por mi parte, no sé si hablar del tema en este blog. He pensado en cometer un acto que jamás pensé: abrir un segundo blog para hablar cosas "serias" (saben, esas cosas de las que hablan los adultos, con cifras y demás), pero no me decido. De modo que, por el momento, diré únicamente esto. Me leí todo el pdf. Creo que eran como cuarenta páginas. Y con lo único que estoy de acuerdo, por el momento, es con la reducción de la jornada de trabajo. (Estar de acuerdo con una sola cosa, de cuarenta y tantas páginas, me preocupa un poco).
Antes de que me digan floja, les diré que la jornada de trabajo de seis horas es un cambio que se viene impulsando en el ámbito internacional desde años atrás, siendo recomendado por la OIT por motivos humanos y de producción, pues no sólo es cierto que la jornada de ocho horas resta las posibilidades de educación y esparcimiento de los trabajadores, sino que la curva de productividad decrece después de la sexta hora.
En fin. Me pregunto, ¿se usará esta propuesta para comprar el voto de millones de extenuados venezolanos que desean un respiro en su jornada laboral? ... Dúdenlo. Ya se está usando y no han pasado tres días.
Todavía no sé si abrir el otro blog para proseguir mis divagaciones sobre el resto de los artículos (y sobre la nueva Ley de Protección a la Familia) o si dejarlo así. Por el momento, callo en este punto y aparte.
Antes de que me digan floja, les diré que la jornada de trabajo de seis horas es un cambio que se viene impulsando en el ámbito internacional desde años atrás, siendo recomendado por la OIT por motivos humanos y de producción, pues no sólo es cierto que la jornada de ocho horas resta las posibilidades de educación y esparcimiento de los trabajadores, sino que la curva de productividad decrece después de la sexta hora.
En fin. Me pregunto, ¿se usará esta propuesta para comprar el voto de millones de extenuados venezolanos que desean un respiro en su jornada laboral? ... Dúdenlo. Ya se está usando y no han pasado tres días.
Todavía no sé si abrir el otro blog para proseguir mis divagaciones sobre el resto de los artículos (y sobre la nueva Ley de Protección a la Familia) o si dejarlo así. Por el momento, callo en este punto y aparte.
Comentarios
saludos!
- Hay que votar punto por punto
- No nos oponemos a la transformación del Ordenamiento Territorial pero...
- No nos oponemos a esto otro pero...
Básicamente el mensaje es "La reforma va y estamos tratando de salvar lo que se puede yéndonos por debajito".
Yo no soy abogado, apenas un informático con un sentido de la crítica bien formado. Luego de haber leído toda la propuesta y analizar sus repercusiones estoy en desacuerdo tanto en cuestiones de forma como de fondo. Entiendo también la postura de los voceros de la oposición quienes saben que una confrontación frontal a la propuesta va a ser asumida como una claudicación a los intereses apátridas y todo el cuento.
He estado debatiéndome también entre la posibilidad de escribir sobre esa reforma en mi blog (cuyo contenido es enteramente apolítica y pensé en hacerlo desde un perspectiva más constructiva y efectiva. No sé, estoy inventándome algo porque creo que es necesario poder artícular una contrapropuesta seria, sobre todo una que maneje el mismo lenguaje y se base en los mismos paradigmas del chavismo.
Te estaré mandando algunas ideas si no te importa. Es importante para mi contar con la visión de alguien que sepa.
Saludos.