Días nublados
Hay días en que no tenemos las mismas ganas de volar que normalmente. Hay días, es decir, que no parecen días, sino largas noches o madrugadas nubladas, en que no tenemos el valor de sentarnos frente a la página en blanco y escupirle las letras que llevamos dentro. Hay días en los que no tenemos el valor suficiente para ensuciar el silencio con nuestros pensamientos.
Anoche tuve una pesadilla, y no la recuerdo. No sé, no estoy segura si quiero recordarla. Sé que es una de las peores que he tenido, y no han sido pocas. Pero no recuerdo absolutamente nada de ella; sólo que al lograr despertarme, sobresaltada, tenía miedo de salir de la cama, tenía miedo de volver a dormir, tenía miedo de encender la luz y de dejarla apagada.
Hoy, como a Mafalda -de quien me declaro fanática desde los cuatro años-, me costó juntar los ánimos para bajar al mundo. Lo que pasa es que no estoy segura, de si cuando salí al mundo, iba de bajada o de subida.
*Mañana sale el número 1 de Ficcionaria. Con el favor de Mafalda.
La imagen del post es de www.deviantart.com, igual que varias que he usado ya y que me he olvidado de referir.
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