Escaleras mecánicas
(Fragmento de una novela que nunca alcancé a escribir)
Escaleras mecánicas. A veces -más de las que quisiera- la vida es para mí tan sólo un gran montaje de escaleras mecánicas. O rampas. Rampas de ensamblaje, por las que paso en homogénea fila con otros tantos iguales, todos idénticos, vestidos con la misma marca de ropa, viendo el mismo canal de televisión y tomando la misma marca de gaseosa.
Siento que me empujan dentro de la marea humana que sube por las escaleras del metro -un gran animal con miles de pies que se mueven todos en la misma dirección-, hasta ser empaquetada al vacío dentro de un vagón cualquiera. Sin embargo, aún aspiro a que mi rampa sea, por lo menos, una de equipaje, y que en algún momento alguien me reclame como suya entre los paquetes idénticos que siguen dando vueltas.
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