La voz de Cortázar publicitando un automóvil

Entro a navegar hoy y me entero de esta noticia, que dice que en España se ha lanzado una publicidad (del automóvil Seat León) en la que se utiliza el texto del Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj, leído por el propio Cortázar. Como era de esperar, la polémica se ha desatado. Los admiradores de Cortázar han hecho oír sus quejas sobre que esta publicidad se apropie de la voz y de las palabras de Cortázar. Yo, personalmente, que amo este texto desde lo más profundo, me he sentido, debo confesarlo, algo molesta, algo indignada, algo ofendida de la banalización del texto que implica utilizarlo en un comercial de automóviles. Y, como todos, no puedo evitar preguntarme qué habría pensado Cortázar, si estuviera vivo. Y cito, porque así me siento, un blog donde he leído la siguiente opinión:


Me repatea cada vez que veo este anuncio, me indigna que no se hayan molestado
en señalar quien es el autor del genial texto y que los que no hayan leído nunca
a Cortazar (espero que pocos) piensen que se trata de un eslogan más. (En El club del Tetraedro)


Me temo que no sean tan pocos. Pero como sea que mi opinión es personalísima, los dejo con el texto y abajo, el link del video en YouTube, para que lo vean y se creen su propia (personalísima) opinión al respecto. Se vale compartirla.




Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al
reloj (Julio Cortázar)
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan
solamente un reloj, que los cumplas muy felices, y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con ancora de rubíes; no te regalan
solamente ese menudo picapedrero que te ataras a la muñeca y pasearas contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de tí mismo, algo que es tuyo, pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj con los demas relojes. No te regalan un reloj, tú eres el
regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.





Para ver el video en YouTube, clic aquí


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Comentarios

Ivan dijo…
Me gusta el título de tu blog: "La vida no trae instrucciones", me hizo pensar sobre si debemos hacerle casos a los demás o vivirla como queramos...
Saludos.

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